Ahora ya tenemos una parte del examen que vamos a realizar, ahora llega lo que a nosotros nos gusta denominar la medición precisa. Una vez que tenemos la refracción, realizamos lo que se llama queratometría, es decir, obtener los valores en potencia dióptrica o en milímetros de los diferentes parámetros de la córnea, su curvatura, diámetro de iris visible, superficie ocular. Realizamos dicha medida a través de topógrafo corneal, el cual nos facilita el mapa de superficies para identificar que forma geométrica tienes, descartar cualquier patología que pudiera estar alterando la superficie ocular y sobre todo poder determinar que diseño de lentes poder prescribir para mejorar la calidad visual y el porte.
Después llega la exploración en lámpara de hendidura, valoramos si todas las estructuras del ojo están sanas y para ello sobre todo usamos la fluoresceína, una técnica de tintado inocua que lo único que nos ayuda es a relevar si existe alguna presencia de heridas o alteraciones que deben ser tratadas en colaboración con el oftalmólogo para su tratamiento.